CASA don bosco (Turín)
Proyecto de ilustración para la Sala de Pastoral Juvenil Salesiana [3S]db
Izquierda: Sueño de los nueve años (1824): animales feroces, jóvenes en las cárceles donde la violencia engendra violencia, se convierten en corderos. “He aquí el campo donde debes trabajar”. En el centro, Juanito Bosco niño recibe las palabras mágicas de su Sistema Preventivo que iluminará su acción educativo-pastoral: “no con golpes, sino con amor”. Como en todos sus sueños, la Señora vestida de pastorcilla, prometida por Jesús: “Yo te daré la Maestra”.
En el panel central, el sueño de 1844: el traslado del Oratorio al patio con sus pórticos. “La incertidumbre acerca del lugar y de los medios y de las personas, me tenía preocupado. Fui a dormir con el corazón inquieto”. Las iglesias de los sueños (capilla Pinardi y San Francisco de Sales) acogían a varios centenares de jóvenes: en sus miradas quedan grabados esos lugares y la presencia de Don Bosco en medio de los jóvenes. Siempre el azul y las estrellas que nos recuerda sus sueños, estrellas en la noche que marcarán a fuego su vida y le indicarán el camino.
Derecha: En la espesura del bosque, en medio de valles, caminos y senderos, el sueño misionero de Don Bosco adulto traza el camino misionero para la Congregación (1886). Aquellos corderos son ahora pastores. Sus jóvenes salesianos misioneros afrontan “distancias inmensas y lugares difíciles”. El santo mira de frente y recuerda las palabras de la Señora del sueño de la infancia: “a su tiempo lo comprenderás todo”. Su brazo se prolonga en la vida de tantos jóvenes que se dirigen a todas las regiones, un mapa sin fronteras, de Valparaíso a Pekín.
Ilustraciones: Javier Carabaño
Textos: Miguel Angel García, sdb